La Biblioteca más cercana - Acerca de: Fondo Local
La Colección local es una sección especializada dentro del catálogo general de la biblioteca, es decir, es un conjunto de documentos únicos, sólo nosotros poseemos esta información de nuestro territorio y tenemos la obligación de conservar, organizar, difundir y enriquecerlo.
Ya sabemos un poco más sobre esta sección de la Biblioteca, ahora os acercamos uno de los libros que lo integra:
La Biblioteca este año hace 20 años de su lugar actual y lleva el nombre de Joaquín González Moreno.
Con esta publicación continuamos la semblanza de este enorme historiador de Sevilla y profundizaremos en el libro Historia de Santiponce, el primer libro y durante mucho tiempo el único, en abordar los orígenes de nuestro municipio.
Y en estas semanas nos adentraremos en las páginas de este interesantísimo libro sobre la Historia de Santiponce.
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I. EL SEÑORÍO
Las tierras de San Ponce
Algunos alrededores del la ciudad de Itálica, singularmente los terrenos próximos al Guadalquivir, donde siglos después se levantaría el antiguo poblado de Santiponce, tenían unas cotas muy bajas y como consecuencia de ello eran con frecuencia inundados por las aguas del río. No olvidemos que, e las proximidades de la patria de Trajano y Adriano, se unían algunos arroyos, que bajaban del Aljarafe y sierra norte, incrementando el cauce fluvial del Ribera del Huesna, principal afluente por este sector, del padre Betis. Todo ello hacía que hasta la vieja Isla del Hierro, que representaba el nivel más alto de las tierras próxima al río, se viera en las grandes inundaciones histórica, cubierta por las desbordadas aguas, cuya continua erosión la hicieron al fin desaparecer.
Si por una parte esta especial situación de las tierras tenía un lado negativo, porque las arriadas destruían la labor del hombre, por otro era positivo, por cuanto suponía de riego y abono para sus campos, que incrementaban con ello su fertilidad. No obstante, parece ser, que los agricultores y labradores de los arrabales de Itálica, prefiero, tanto en el período de dominación romana, como en centurias posteriores cultivar los donadíos y heredades altas, a realizar el mismo trabajo en las bajas, aledañas del río grande. Tampoco hemos de olvidar que la especial constitución de estas tierras, formada entonces y ahora por sedimentación de material de acarreo, las harían menos propicias para el cultivo a medida que se aproximaran al cauce fluvial. Arenas, cantos rodados y gravas, constituyeron siempre la herencia dejada cuando salía de madre el Guadalquivir. Y sobre esta superficie poco se podía cultivar. De aquí que cuando más adelante analicemos los cultivos de Santiponce, nos encontraremos con frecuentes referencias a ciertas plantas, que entonces y ahora constituían y constituyen, en su zona sur y este, la flora natural de aquel sector agrícola.
Si por un lado los accidentes del río, condicionaban la vida en los aledaños de itálica, por otro el arrastre de tierras fértiles del Aljarafe y sierra norte, producido por la corriente que traían sus arroyos.-como ya hemos indicado-,ocasionaban un incremento de tierras, que incidían en la fertilidad y producción de los campos situados en la zona oeste. Precisamente en el referido documento de 1536, conservado en el archivo de los duques de Medinasidonia, se definen estos campos como “cubiertos de tierras muy victosas”.
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